En el segon dia del taller, que dirigeix Raquel Lamela, per
aprendre a dir que NO, hem fet una simulació d’un cas real per veure si podem
dir que no donant arguments, sense sentir-nos mal.
Ens ha explicat alguns dels passos que hem de seguir per dir
que No, d’una manera correcta: el primer és donar-nos temps per contestar
perquè quan ho fem immediatament no hem tingut temps de pensar bé què volem i
quines poden ser les conseqüències. També ens ha explicat que a més del SI o el
NO, hi ha la possibilitat de fer contraofertes.
També Raquel ens ha
fet un regal, que volem compartir amb vosaltres :
NO, per HUGO FILKENSTEIN
No es no y hay una sola manera de decirlo. No.
No
No es no y hay una sola manera de decirlo.
No.
Sin admiración, ni interrogantes, ni puntos suspensivos.
No se dice de una sola manera.
Es corto, rápido, monocorde, sobrio, escueto.
No.
Se dice una sola vez, No.
Con la misma entonación, No.
Como un disco rayado No.
Un No que necesita de una larga caminata o una reflexión en el jardín, no es No.
Un no que necesita explicaciones y justificaciones no es No.
No tiene la brevedad de un segundo.
Es un no, para el otro porque ya fue para uno mismo.
No es No, aquí y muy lejos de aquí.
No no deja puertas abiertas ni entrampa con esperanzas, ni puede dejar de ser No, aunque el otro y el mundo se pongan patas para arriba.
No es el último acto de dignidad.
No es el fin de un libro, sin más capítulos ni segundas partes. No no se dice por carta, ni se dice con silencios, ni en voz baja, ni gritando, ni con la cabeza gacha, ni mirando hacia otro lado, ni con símbolos devueltos; ni con pena y menos aún con satisfacción.
No es No, porque No.
Cuando el no es No, se mira a los ojos y el no se descuelga naturalmente de los labios.
La voz del No no es trémula ni vacilante, ni agresiva, no deja duda alguna.
Ese No no es una negación del pasado, es una corrección del futuro.
Y sólo quien sabe decir No puede decir sí.
Hugo Filkenstein.
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