COVA
DELS BLAUS
Situada a dos
kilómetros al NE de la población de la Vall d'Uixó (Castellón) en la partida de
Miramar, la Cova dels Blaus es una pequeña cavidad kárstica que recibe su
extraño nombre de la creencia popular que sitúa en este lugar el refugio de los
últimos partidarios del caudillo musulmán AI-Azrac, también llamado "El
Blau". Sin embargo, la auténtica Cova dels Blaus se encuentra algunos
centenares de metros al oeste y fue confundida por su descubridor.
A causa de los
diferentes avatares estratigráficos, la cavidad permaneció oculta y cegada por
los sedimentos hasta finales de la Guerra Civil, momento en que la excavación
de una trinchera abrió parte de la boca y permitió su uso como refugio, lo que
implicó la alteración superficial de sus sedimentos. Seguramente Blaus forma
parte de un complejo kárstico de mayor envergadura, parcialmente visible en
superficie, que se desarrolla en las calizas mesozoicas triásicas que ocupan
buena parte de las primeras estribaciones de la Serra d'Espadá. Desde la
cavidad se controla visualmente gran parte de la Plana de Castelló, que se
extiende a sus pies hasta el mar mediterráneo y se tiene un fácil acceso a los
escarpados relieves de la sierra que se levanta a poniente.
En la actualidad, la
parte visible de Blaus está formada por una pequeña galería descendente de unos
once metros de longitud por dos y medio de anchura que se formó a partir de una
diaclasa de dirección NE-SW, que al fondo está cortada por otra de dirección
NNE-SSW, lo que da pie a que se desarrolle una pequeña sala de casi seis metros
de anchura. Esta galería se encontraba prácticamente rellena de sedimento a
causa de la intensidad de las ocupaciones humanas y del desplome de buena parte
de la visera, cuando fue utilizada como necrópolis en un momento avanzado de la
Prehistoria. Junto a la boca, por el lado noreste se abre una pequeña covacha
de unos 8m2, de planta irregular, con el piso horizontal y el techo muy bajo
que impide su utilización como lugar de hàbitat.
Las primeras
excavaciones científicas realizadas en Blaus se remontan al año 1987 y siempre
han sido subvencionadas por la Conselleria de Cultura y Educación. Las
intervenciones se han centrado en tres puntos: la covacha, que se ha excavado
totalmente, el fondo de la cueva mayor y la entrada y galería de ésta. Como
resultado de las excavaciones se ha podido establecer la lectura diacrónica de
las diferentes ocupaciones hasta ahora documentadas (Casabó, 2001). El nivel
superficial aparece en la entrada, rellenando parte de una trinchera de la
Guerra Civil y descansa siempre sobre el nivel I o el substrato mesozoico.
El nivel I tiene una
potencia considerable y los restos recogidos pertenecen a cerámicas a mano
lisas o decoradas con incisiones, una espátula de hueso, una cuenta de collar y
un buen lote de industria lítica.
En el nivel II, los
materiales recogidos denotan su pertenencia a la Edad del Bronce y son
mayoritariamente cerámicos.
El nivel III contiene
numerosos bloques de piedra de gran tamaño fruto de la caída de la visera de la
covacha, algunos de los cuales fueron acondicionados para formar una cámara
funeraria y un pasillo de acceso en rampa escalonada. Corresponde este nivel a
una fase de necrópolis de la Edad del Bronce con inhumaciones y sus ajuares correspondientes
(cerámicas lisas o decoradas, puntas de flecha, cuchillos de sílex, adornos y
cuentas de collar). La magnitud de la intervención humana durante la Edad del
Bronce no pudo valorarse con precisión hasta 1995 cuando se apreció que el
depósito excavado al fondo de la cavidad, con gran cantidad de materiales
atribuidos al Magdaleniense, estaba en posición derivada y procedía del
acondicionamiento del recinto necrolático en el pasillo de la cueva.
El nivel IV-A se
trata ya de un nivel epipaleolítico, aunque aun aparecen materiales cerámicos
fruto de las remociones que sufrió Blaus en el transcurso de su
acondicionamiento como necrópolis. Si excluimos los escasos restos de cerámica,
en este nivel se han exhumado gran número de objetos líticos, cuya composición
es la propia del Epipaleolítico microlaminar y una plaqueta de arenisca con un
dudoso cuadrúpedo pintado.
El nivel IV-B se
trata de un potente paquete estratigráfico cuyos objetos recuperados
corresponden a una industria lítica muy homogénea en la que destacan pequeños
triángulos similares a los Sauveterriens.
El nivel IV-C es de
características estratigrafías muy similares al IVB, presenta también una
industria lítica muy parecida, pero la ósea denota ya su vinculación con el
Magdaleniense superior. Finalmente, del nivel V solo se ha excavado un reducido
espacio. Su escasa industria lítica es muy similar a la del nivel IVB, pero la
ósea es claramente Magdaleniense. Como consecuencia del estudio estratigráfico,
en Blaus se pueden establecer dos grandes fases separadas ampliamante en el
tiempo y de características radicalmente diferentes. Con independencia de la
información que en el futuro pueda deparar Blaus, se ha constatado su uso como
lugar de habitación por sociedades humanas de economía cazadora recolectora a
fines del Pleistoceno e inicios del Holoceno, lo que ha dejado una
extraordinaria abundancia de ítems culturales y restos de fauna mastológica y
malacológica que permiten su adscripción al Magdaleniense superior y
Epipaleolítico microlaminar de facies Sauveterroide.
Con posterioridad a
estas ocupaciones, hacia el 11.000/10.500 BP se produjo el progresivo
hundimiento de la bóveda de una parte de la cueva que ocasionó su paulatino
abandono al no reunir ya las condiciones que son propias de un lugar de
habitación. Probablemente a fines del tercer milenio o principios del segundo
antes de nuestra era, la cavidad se encontraba lo suficientemente colmatada
como para no ser más que una pequeña covacha de planta alargada. Es justo en
ese momento cuando se acondiciona para usarla como necrópolis de inhumación
múltiple.
Las excavaciones han
demostrado que al final de la galería, en el punto donde ésta se estrecha y se
une a la sala del fondo, se clavaron una serie de lajas de piedra para
delimitar ambos espacios. Es posible que en la sala del fondo se realizaran
inhumaciones, pero si están, fueron cubiertas por un potente paquete
estratigráfico con materiales paleolíticos y recientes, proveniente de una
segunda cámara. En efecto, toda la galería se acondicionó como necrópolis
colocando grandes bloques a modo de pared transversal al eje de cavidad. Entre
éstos y las lajas antes citadas, se delimitaba el vaso funerario en el que se
hallaron las inhumaciones. Desde la cámara al exterior, se construyó una rampa
escalonada hasta la entrada, utilizando para ello los bloques más aplanados.
La Edad del Bronce en
tierras valencianas no ha sido hasta el momento un periodo de la Prehistoria
profusamente analizado desde el punto de vista bioantropológico y paleopatológico
(De Miguel, 2000). En este sentido Blaus representa un conjunto funerario
inalterado que ha proporcionado abundante información sobre las primeras
sociedades jerarquizadas. Las excavaciones en la pequeña covacha se desarrollan
desde 1987. En la campaña de 1995, en el nivel III estratigráfico se halló la
fase de enterramientos, datados a finales del III milenio-principios del II
antes de nuestra era. El acondicionamiento del espacio funerario como
necrópolis de inhumación múltiple sigue el concepto de cámara y corredor,
recordando al fenómeno megalítico (Casabó, 2001). Los cadáveres se disponían en
conexión anatómica total o parcialmente, en posición fetal y con la cabeza
orientada hacia la entrada. Los esqueletos habían sufrido fenómenos de dispersión
esquelética postmortem atribuibles a la propia descomposición en medio vacío,
así como a derrumbes del techo de la covacha (Casabó, 2001). Desde un inicio
las investigaciones han estado encaminadas a conocer la estructura demográfica,
la antropología física del grupo humano, sus variantes anatómicas, sus
marcadores paleocupacionales, sus patrones económicos y alimentarios, así como
las evidencias de enfermedad (Polo y Casabó, 2004).
Por lo que respecta a
la información demográfica, es necesario reseñar que en la mayor parte de los
esqueletos adultos no se conservaban estructuras craneales y pélvicas
completas, por lo que el diagnóstico sexual sólo se ha podido evaluar de manera
discreta a través del esqueleto postcraneal, algunos restos mandibulares, y
mediante la evaluación de ecuaciones discriminantes matemáticas. El número
mínimo de inhumaciones documentadas fue de 9, 6 adultos y 3 infantiles. Los
esqueletos adultos corresponden a cuatro mujeres, un varón y uno indeterminado.
La edad de muerte se sitúa entre los 20 y los 35 años, con una mayor tendencia
entre los 20 y los 25 años La estimación de la edad en los esqueletos
infantiles se ha podido precisar mucho mejor. Así pues, la mortalidad infantil
se sitúa entre los 7 y los 48 meses, existiendo una tendencia de muerte entre
los 20 y los 40 meses (Polo y Casabó, 2004). La talla se ha podido obtener solo
en 4 esqueletos. Se han empleado 4 métodos diferentes. Por ejemplo, siguiendo
las tablas de Manouvrier, en las mujeres oscila entre 150 y 169 cm y en el
varón de 166 cm (Polo y Casabó, 2004).
PROBABLES
EVIDENCIAS DE TUBERCULOSIS EN EL BRONCE VALENCIANO: COVA DELS BLAUS (VALL
D'UIXÓ, CASTELLÓ)
Polo Cerdá, M.1; Casabó Bemad, J.2; Puchalt
Portea, F.1; Villalaín Blanco, JD.1